Mi historia nace y renace, 
crece constantemente
una nueva mujer en mí

El constante camino hacia la reconciliación conmigo misma, en cada etapa de mi ciclo de vida, me ha mostrado mis heridas y sombras, junto con todas las maneras en las que me he sido infiel…

Crecí sintiendo mucho estrés, sobre exigencia, esa niña que ves en la foto, no se ensuciaba, no jugaba con sus juguetes nuevos, en algún minuto olvidó el disfrute y el placer de ser una niña, son los recuerdos más marcados que tengo. Es como si un día me hubiese apagado, yo creo que desde que comencé a ver muchos conflictos en mi familia materna y sobre todo entre mis papás. La Rommy pequeña veía a su mamá enojada, acelerada, estresada  y su papá como un bloque de hielo, tal vez frustrado, yéndose cada vez que podía como si quisiera escapar, su relación estaba en crisis.

Ver a mis papás en guerra, me hacía sentir y experimentar angustia, inseguridad, falta de contención, recuerdo que constantemente me venían Crisis de Pánico, yo sin saberlo, 12 años aprox, lo manejaba sola, con mi respiración, cambiando mis pensamientos, de esa forma lograba sentirme mejor, porque era horrible la sensanción. Años más tarde, por los síntomas, m di cuenta que efectivamente eran las famosas Crisis de Pánico.

Crecí sintiendo que había algo malo en mí, rechazaba mi cuerpo, me sentía gorda, insegura, no creía en mi, en mis habilidades, porque seguro las había olvidado al apagarme. En esa época no existían las herramientas que hay hoy, donde los padres tenemos la oportunidad potenciar las fortalezas y virtudes de los niños en su primera infancia, de hablarles, explicarles lo que pueda estar pasando.

Años más tarde, como no reconocía mi potencial, llegó el momento de elegir una carrera, estudié Publicidad porque mi papá trabajaba en ese mundo y era exitoso en él, no me cuestioné más. Nunca imaginé que requería darme la vuelta larga para llegar donde estoy hoy día, porque lo que más me apasionaba de mi carrera y mi trabajo era el área de Estudios de Mercado, donde tenía que meterme en profundidad en la vida de las personas, para crear o mejorar productos y servicios. Un día esto, ya no me hizo sentido ¡Y renuncié a todo!

Como lo que vi de mis padres era la sobre exigencia, el hacer sin parar, sin cuidarse mucho, ni escucharse, en mi trabajo yo era igual, muy autoexigente conmigo, inflexible, controladora, no descansaba, no paraba, para demostrar que era responsable, que hacía la pega y destacarme de alguna manera. Por otro lado, me daba miedo expresar mis ideas, sacar mi voz por verguenza o miedo al ridículo… ufff tantos recuerdos de insuficiencia y falta de amor propio que se vienen a mi mente, donde todo el tiempo luché conmigo, siendo muy dura.

En mis relaciones de pareja no me sentía yo en plenitud, era muy complaciente, era la polola apañadora, pasaba por alto lo que yo realmente quería, me conformaba con muy poco, nunca era yo quien elegía, era de las que se adaptaba a los gustos, las costumbres, las ideas de mis parejas, me costaba mucho sacar mi voz por temor al conflicto, quedarme sola o si sacaba mi voz era como un volcán en erupción, muy agresiva, no había equilibrio. Tan infiel fui conmigo que en el 2017 me comprometí, pero no conmigo, me casé y aunque fue una relación que me enseñó muchas cosas, tuvo momentos bonitos ¡Yo sabía que no era ahí mi lugar! No me escuché… Como la energía no miente, duramos solo 1 año casados, la relación murió y con ello una parte de mi también. Serme infiel me pasó una hermosa cuenta.

El camino hacia mí,
mi Útero como mi hogar e Ilumina
en 40 años

Una nueva oportunidad para amarme realmente, sentirme, escucharme, por fin aprender a serme fiel, elegir, elegirme y con ello aceptar y aprender a poner luz en mi oscuridad. A los 17 años Reiki me devolvío una gran parte de mi autoesima y a los 35 años una Bendición de Útero consolidó mi poder femenino.

Entre tanta búsqueda por sentirme bien conmigo misma, a los 17 años me encontré con el Reiki con mi primera Maestra Sandra Elvea y me inicié en nivel I de Reiki Usui a los 19 años, sin embargo aún no confiaba en mí, sentía que no era capaz de sanar a otros, no me creía el cuento, así es que nunca lo practiqué, la herida interior de autovaloración era profunda, por otro lado en esos años era impensado dedicarse a esto. Pasaron los años, mientras trabajaba en Marketing en una empresa, sentí que ya era el momento de trabajar nuevamente en mi interior y entré en el mundo del Coaching de Vida, ahí me fui profundo a mi historia, donde por fin pude recordar quién soy, qué quiero y a qué vine ¡Desde ese momento no me cansé hasta dar con mi propósito! Volví a retomar lo que sanó mi corazón, volví al Reiki, esta vez con mi segundo Maestro Javier Ross de Reiki Kiran, me volví a iniciar y tomé la maestría por un año con él. Fue un tremendo viaje. En paralelo a mi trabajo, habilité una sala de terapias en mi depa y fue así como nació ILUMINA, en ese momento un espacio para acompañar a las personas, mujeres y hombres, a aliviar sus heridas e incrementar su autoestima. Mezclaba el Reiki con el Coaching y la Sonoterapia en una misma sesión presencial. La gente comenzó a sentir y ver resultados, con el tiempo me fui perfeccionando, estudiando y nunca más lo dejé, llevo 10 años dedicándome a acompañar procesos de autoconocimiento, creciendo y perseverando, todo este viaje se convirtió en mi lugar en el mundo.

Hoy y después de varios años, agradezco en el alma toda mi historia pasada + la ruptura de mi primer matrimonio, porque gracias a esta profunda oscuridad yo logré volver a mi, ese era el objetivo, dejé de buscar afuera, lo que estaba dentro de mi y comencé a abrir caminos hacia vivir una vida real, más coherente y auténtica, a través de mi cuerpo, mi útero y mi Ciclo Menstrual.

A unos pocos meses luego de la ruptura, con un dolor horrible llegué a una sesión de Bendición de Útero, no sabía a lo que iba, solo anhelaba aliviar lo que sentía. Fue ese día mágico cuando se despertó todo mi poder femenino. No fue de un día para otro, tomó su tiempo. Fue tan poderoso que un año después de esa sesión, me fui a Europa en un viaje tipo “Comer, rezar, amar”, mi película favorita 🙂 donde ¡Justo en la misma fecha en que viajaba! iba a estar Miranda Gray en Barcelona, dando la certificación de Moon Mother, Bendición y Sanación de Útero, el despertar de la energía femenina. Fue una bomba de felicidad no lo pensé y me inscribí. Esta decisión fue la que me llevó a los resultados valiosos que tengo hoy conmigo y con mi vida en general, todo se alineó. En este nuevo proceso logré unir más piezas a mi puzzle interior, dejé de buscarme en una y otra terapias y variadas certificaciones, por fin me reconcilié conmigo misma, con mi vida, con mi niña interior, logré perdonar mi pasado y perdonarme a mí misma, sanar de corazón con mi mamá y con mi papá, gracias a que despertó mi poder amoroso y expansivo femenino, volví a mi útero, volví a mi cuerpo, volví a mi hogar. 

Me reconcilié conmigo y con el amor

Decreté crear familia y me volví a enamorar, por primera vez fui yo quien eligió y fui por el amor. Decidimos ser padres y nació nuestro hijo Amaro, formé un hogar y nuevamente se gestó una nueva mujer en mí.

Me encontré con Luciano, en el momento que lo vi sentí algo muy extraño en el pecho. Me encantó su energía, su belleza, sin conocerlo algo hizo click en mí, no puedo negar que también me invadió el miedo más profundo, sin embargo hoy tenemos una relación honesta,  una relación alineada a mis valores, estoy segura de que esto es resultado de todo mi trabajo personal, una relación de lujo conmigo, por lo tanto relaciones de lujo a mi alrededor. Claramente no todo fue y ha sido fácil, hay días sombríos. Al comienzo de todo, yo le propuse crear una relación consciente, donde poder ser yo en autenticidad, donde poder enfrentar nuestros obstáculos con un propósito mayor, crecer juntos, aún en la oscuridad, hacer todo lo contrario a cómo fuimos en el pasado en nuestras relaciones. Él me dijo si, vamos. Ha sido y es un gran trabajo de consciencia para hacernos cargo de nuestras responsabilidades y sombras día a día.

Cuando decidimos ser papás, el mismo día que le dije sí a la maternindad me desmayé, me dió cistitis, me caí y a los días después me intoxiqué. No tenía miedo, tenía pánico a perder mi libertad y otros temas más que estaban muy ocultos. Así es que dije ok, vamos al siguiente nivel, preparé con todo mi Útero desde lo médico, nutricional, emocional, mental, hasta lo espiritual, preparé mi tierra. Así, al poco tiempo, nació Amaro, mi gran maestro inspirador. Maestro de muchos de los talleres y programas que he creado actualmente.

En esta tremenda transformación y muerte simbólica, me estaba despidiendo de una parte de mi ser mujer, entonces surgió en mí la idea de ser Doula, así es que los 9 meses de gestación de mi Amaro, tomé una certificación de Doula Mujer Medicina, El Arte de Acompañar, fui mi propia Doula. Aquí encarné lo vital que es tener herramientas para poder dar el gran y valiente paso a ser madre, entregarse a otro ser humano, desde el compromiso propio, atravesar todos los miedos que afloran, todos los cambios que ocurren, atravesar el parto mismo, atravesar el famoso y temido puerperio, comprender lo esencial que es gestar vida, criar con consciencia, como se lo merece un ser humano y lo más importante de todo, gestarme a mi misma. Yo por mi parte, espero estar haciéndolo bien, como se lo merece mi lobito Amaro, lo miro y me veo en él, necesitamos tanto amor, contención, protección, seguridad cuando somos pequeños, todo lo que yo no sentí que tuve, se lo estoy dando él ¡Uf! no hay más palabras que lo expresen. Se me aprieta el pecho de solo escribirlo.

Mi misión es acompañarte a diseñar tu propio GPS de reconexión

En mi camino de buscarme a mi misma por tantos años, comprendí que mi autoestima, valor y poder estaban más cerca de lo que creía, están en mi cuerpo, en mi Ciclo Vital Menstrual, en mi sangre menstrual, en el gran ciclo de la vida y de la muerte, en el gran poder de la naturaleza y de la tierra, en mi útero cómo primer hogar.

Cuando estoy aquí en mi hogar, en mí, me siento segura, en paz y en confianza. Me siento tranquila viviendo una vida real, aún en los días más asquerosos y sombríos siento la certeza de que todo está y estará bien, de que puedo confiar y atravesar de verdad mi oscuridad, no es algo fácil de asimilar, se da con el tiempo, valentía, un alto compromiso, dedicación y práctica.

Mi deseo en lo más profundo de mi mente, corazón y útero es que todas las mujeres del mundo puedan acceder a sentir su valor, bienestar y poder femenino alienado a su poder masculino. Tú ya lo tienes, te invito a recordarlo, despertarlo, activarlo, te mereces vivir una vida llena de placer.

Bienvenida a casa, Mujer Ilumina

Sesión Mujer Ilumina

Sesión única de coaching en autoestima método Ilumina

El placer de volver a ti

Programa Activación & Sanación de Útero

Yo soy creativa & fértil

Programa autogestación hacia una maternidad consciente

Ceremonias simbólicas

Luz y conexión en momentos memorables de tu vida